sábado, 29 de enero de 2011

La Reforma

 

 
Información de carácter general

 

 

La Reforma del siglo XVI fue un movimiento dentro de la cristiandad occidental para purgar la iglesia de abusos medievales y restablecer las doctrinas y prácticas que, según creían los Reformadores, concordaban con la Biblia y con el modelo de iglesia en el Nuevo Testamento. Esto condujo a un quiebre entre la Iglesia Católica Romana y los reformadores, cuyas creencias y prácticas pasaron a llamarse Protestantismo.

 

Causas

 

Los factores causales de la Reforma fueron complejos e interdependientes entre sí. Los precursores propiamente tales de la Reforma incluyeron los movimientos fundados por John Wycliffe (los Lolardos) y Juan Huss (los Husitas) durante los siglos XIV y XV. Pero estos grupos reformadores eran localizados (en Inglaterra y Bohemia) y fueron en gran parte suprimidos. Entre los factores que hicieron mucho más formidable al movimiento de Reforma del siglo XVI se contaron los cambios en el clima intelectual y político.

El Renacimiento cultural ocurrido durante el siglo y medio precedente fue un preliminar necesario, porque incrementó el nivel de educación, reenfatizó a los antiguos clásicos, contribuyó al pensamiento y a la erudición y ofreció el Humanismo y la Retórica como alternativas al Escolasticismo. Especialmente a través de su énfasis en los idiomas bíblicos y cuidadosa atención a los textos literarios, el Renacimiento posibilitó la exégesis bíblica que condujo a la reinterpretación doctrinal de Martín Lutero. Además los humanistas cristianos como Desiderio Erasmo criticaron los abusos eclesiásticos y promovieron el estudio de la Biblia y de los padres de la iglesia. La invención de la imprenta por Johann Gutenberg proporcionó un instrumento de gran alcance para la expansión de la erudición e ideas de la Reforma.

Que serias corrupciones se extendían por la iglesia, era ya evidente en el Cuarto Concilio de Letrán, convocado en 1215 por el Papa Inocencio III a fin de reformarla. El Papado mismo se debilitó por su traslado de Roma a Avignon (1309-77), por el Gran Cisma del Papado que duró las cuatro décadas posteriores a ello, y por la doctrina de que la autoridad suprema en la iglesia residía en los concilios generales (Conciliarismo). Los Papas del Renacimiento eran notoriamente mundanos; aumentaron los abusos tales como simonía, nepotismo y excesos financieros, y la venalidad e inmoralidad minaron a la iglesia; la venta de indulgencias era una práctica particularmente desafortunada porque afectaba el arrepentimiento y enmienda de la vida. Al mismo tiempo se manifestó un genuino resurgimiento de la religiosidad popular, incrementando la disparidad entre las expectativas de la gente y la capacidad de la iglesia de satisfacer necesidades espirituales. Algunos se volvieron hacia el misticismo y la religión propia, pero la gran masa estaba agitada y descontenta.

En la Edad Media tardía ocurrió, además, un cambio político significativo. El Santo Imperio Romano, que había perdido cohesión en parte como resultado de su lucha contra el Papado en la Querella de las Investiduras, se vió debilitado por el surgimiento de principados territoriales virtualmente independientes y de ciudades imperiales libres. Externamente el imperio se fue debilitando por la evolución gradual de las naciones-Estados de la Europa occidental moderna; las monarquías en Francia, Inglaterra y, más adelante, España, estaban desarrollando fuerza y unidad dinásticas que en gran medida les permitieron controlar a la iglesia al interior de sus fronteras.

Económicamente, el auge del comercio y el cambio a una economía monetarizada crearon una clase media más fuerte en una sociedad más urbana. Durante ese período la iglesia encontró dificultades financieras porque había llegado a implicarse en la economía señorial: poseía riqueza en tierras y topaba con problemas para desempeñar sus extensas obligaciones administrativas, diplomáticas y judiciales.

 

Desarrollo

 

La reforma comenzó en Alemania el 31 de octubre de 1517, cuando Martín Lutero, un agustino profesor de la universidad de Wittenberg, fijó 95 tesis que invitaban la discusión sobre la legitimidad de la venta de indulgencias. El Papado consideró a esto un acto de rebeldía y procedió a tomar medidas contra Lutero como hereje. Durante los primeros años los humanistas alemanes apoyaron la causa de Lutero; los famosos tres tratados de 1520 del Reformador, Carta Abierta a la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana sobre la Reforma del Estado Cristiano; Cautiverio Babilónico de la Iglesia, y Acerca de la Libertad del Cristiano, también le granjeó un apoyo popular de gran alcance. Lutero fue excomulgado en 1521 y en la Dieta de Worms, en abril de ese año, donde compareció ante el Santo Emperador Romano Carlos V y príncipes alemanes, rehusó retractarse a menos que se probara, mediante la Biblia o la clara razón, que estaba equivocado. Él sostenía que la salvación era un don gratuito a las personas a través del perdón de los pecados sólo por gracia de Dios, recibida por aquéllas por la vía de la fe en Cristo. Lutero fue protegido por Federico III, elector de Sajonia, y otros príncipes alemanes apoyaron a los Reformadores —en parte por convicción intelectual y religiosa; en parte por el deseo de apoderarse de la propiedad eclesiástica; y en parte para afirmar su independencia del control imperial. En 1530 muchos príncipes y ciudades firmaron la Confesión de Augsburgo presentada a la Dieta de Augsburgo como expresión de la fe evangélica. Después de años de conflicto, el acuerdo alcanzado en la Paz de Augsburgo (1555) estableció que cada príncipe alemán determinaría la afiliación religiosa (católica o luterana) del territorio que gobernaba. El luteranismo se convirtió también en la religión oficial de Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia. Fuera del rol de los príncipes, la Reforma se extendió rápidamente como movimiento popular penetrando en Polonia, Bohemia, Moravia, Hungría y Transilvania.

 

Zwingli

 

En Suiza la Reforma se desarrolló inicialmente en Zurich bajo la dirección del sacerdote Ulrich Zwingli, que había sido influenciado por Erasmo y por el humanismo cristiano. Él llegó a una concepción evangélica del cristianismo por su estudio de la Biblia y contactos con luteranos. El 1° de enero de 1519 comenzó una serie de seis años de sermones sobre el Nuevo Testamento que llevó al Concejo de ciudad y al pueblo de Zurich hacia la reforma. La respuesta favorable a los 67 Artículos, que él preparó en 1523 para discusión pública con un representante papal, probó el renombre de su programa. Zwingli abogó por la abolición de la misa (y de su reemplazo por una simbólica Cena del Señor), la independencia del control episcopal y una reforma de la ciudad- Estado en que sacerdotes y magistrados cristianos se atendrían a la voluntad de Dios. Su influencia se extendió a otros cantones suizos, tales como Basilea, San Gall y Berna.

 

Calvino

 

A través de las áreas luteranas y misiones mercantiles el movimiento evangélico se expandió a Francia, donde ganó muchos conversos, entre ellos Juan Calvino. En 1536 Calvino fue a Ginebra, donde se desarrollaba una reforma conducida por Guillaume Farel. Calvino fue persuadido de permanecer en Ginebra y ayudar a organizar la segunda mayor oleada de Protestantismo. En sus Ordenanzas de 1541, le dio una nueva estructura a la iglesia, consistente en pastores, doctores, mayores o ancianos, y diáconos. Sus Institutos de Religión Cristiana (1536) tuvieron gran influencia en Francia, Escocia (a la que John Knox llevó la reforma calvinista), y entre los Puritanos en Inglaterra. Ginebra se convirtió en el centro de una gran empresa misionera que entró en Francia, donde los Hugonotes llegaron a ser tan poderosos que en 1559 se reunió en París un sínodo para organizar una iglesia nacional de unas 2.000 congregaciones reformadas. Como resultado de las Guerras de Religión francesas, el partido hugonote fue controlado y la monarquía francesa mantuvo católico al reino.

 

Inglaterra

 

Aunque Inglaterra tenía un movimiento de reforma religiosa influído por las ideas de Lutero, la Reforma inglesa fue resultado directo de los esfuerzos del rey Enrique VIII por divorciarse de su primera mujer, Catalina de Aragón. La ruptura formal con el Papado fue organizada por Thomas Cromwell, principal ministro del rey; bajo la dirección de Cromwell el Parlamento aprobó la Ley de Restricción de Apelaciones (a Roma; 1533), seguida por la Ley de Supremacía (1534) que definía plenamente la jefatura real sobre la iglesia. Como arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer anuló el matrimonio de Enrique y Catalina, permitiendo que el rey casara con Ana Bolena. Aunque el propio Enrique no quería hacer cambios doctrinarios, Cromwell y Cranmer autorizaron la traducción de la Biblia al inglés, y Cranmer fue en gran medida responsable del Libro de Oración Común, adoptado bajo Eduardo VI, sucesor de Enrique. Los avances del Protestantismo bajo Eduardo (r. 1547-53) se perdieron bajo su hermana católica María I (r. 1553- 58), pero la consolidación religiosa (1559) bajo Isabel I garantizó el entorno Anglicano.

 

Los Radicales

 

Los radicales fueron una gran variedad de grupos sectarios conocidos como Anabautistas debido a su oposición común al bautismo infantil. El líder anabautista Thomas Munzer desempeñó un papel principal en la Guerra del Campesinado (1524-26), suprimida con ayuda de Lutero. En Munster los Anabautistas radicales establecieron (1533) una teocracia de corta duración en la que la propiedad era comunitaria, lo cual también fue drásticamente suprimido. Los radicales abarcaron asimismo evangélicos humanistas y espiritualistas que desarrollaron filosofías religiosas sumamente individualistas.

 
Leonard Quintero
http://mb-soft.com/believe/tsn/reformat.htm


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